Mi padre era sacerdote y yo también fuí sacerdote (en el Antiguo Testamento en Israel los sacerdotes se casaban). Fui el profeta encargado por Dios para animar al pueblo cuando los israelitas fueron llevados cautivos a Babilonia.
Durante 22 años predique al pueblo de Israel en el desierto, ahi mantení viva la fe de los deportados y les animé constantemente a confiar en Dios. Les enseñe que este castigo no significa que Dios nos hubiese abandonado, sino que nos queria purificar y volver mejores.
Ví muchas visiones pero en una de ellas me enseño el futuro del pueblo de Israel de su pueblo, era magnifico, además me explico que el futuro de la Religión iria creciendo poco a poco,y asi sucedio.Tambien me impacto mucho fue cuando me dijo que: "Cada uno paga por sus propias maldades". "Si uno que era malo se vuelve bueno se olvidarán sus antiguas maldades y se le premiará por la vida virtuosa que empieza a vivir. Pero si uno que era bueno se vuelve malo, se olvidará lo bueno que hizo antes y se le castigará por sus maldades".
Observacion: La religión crece cada día más y más, y sus frutos de virtudes y de obras buenas, son maravillosos.
Lo escrito entre paréntesis expresa el ahora no el pasado del profeta Ezequiel.
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